En la vivienda unifamiliar era difícil averiguar por qué había un extraño olor a atarjea. Se revisaron todos los inodoros y estaban bien sellados. El olor no era muy intenso pero había días peores, en los que había que ventilar.
La vivienda es unifamiliar adosada, con dos plantas sobre rasante y un semisótano destinado a garaje y cuarto de instalaciones. En la planta baja un cuarto de estar, cocina y aseo, y en la primera los dormitorios. Hay un amplio jardín trasero, y no se ha consumido toda la edificabilidad en el proyecto original, por lo que es posible ampliar hacia este jardín.
Se decide ampliar la vivienda prolongando la planta baja sólo, para poder hacer un despacho junto a la escalera.
Para ello es necesario realizar una nueva cimentación, colocar dos pórticos paralelos a fachada, una losa en planta baja, sobre el terreno compactado, y un forjado con una cubierta inclinada sobre la ampliación.
El nuevo despacho obliga a mover la chimenea que preside el cuarto de estar y entonces aparece la causa de los malos olores. La bajante del aseo de la planta superior, como puede verse en los planos, discurre junto al tiro de la chimenea. No hay ninguna protección del tubo de pvc, y con el calor de la chimenea el tubo se ha deshecho. La chimenea no se utiliza demasiado, y las pérdidas de la bajante no llegan a salir del tubo, afortunadamente todo se queda en el mal olor, que atraviesa yesos y sale al exterior de la mocheta.
Ha bastado con sustituir la caña de la bajante. Como la chimenea cambia de lugar ya no es necesario aislar el tubo del tiro.
Habría bastado colocar un aislante, separar el tiro de la bajante para no causar este perjuicio. La avería era muy difícil de localizar y la patología se halló gracias a que se acometieron las obras de reforma. Si la chimenea se hubiese utilizado mucho podría haber tenido consecuencias realmente insalubres.
No es una cuestión de presupuesto, sino de buenas prácticas en la construcción, algo que casi siempre no va más allá de la lógica y el buen hacer.
Cómo se puede calcular la tensión que deposita en el terreno una zapata rígida La comprobación de la tensión bajo una zapata suele hacerse suponiendo
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