En este post queremos compartir más fachadas decoradas, por algunas otras ciudades de Europa, siempre ocultando restauraciones, y siempre con toda o parte de la fachada reproducida sobre la lona del andamio, y con publicidad insertada en la lona.
Como ya veíamos en Madrid, en la entrada “Fachadas reproducidas, andamios indultados” y en “Fachadas reproducidas en Florencia y Nápoles”, cuando visitamos ciudades algunos edificios o monumentos están ocultos tras lonas para su rehabilitación.
En Venecia, el Puente Rialto tiene la mitad de su frente andamiado. También se ha incorporado un gran cartel publicitario. ¿Rompe la estética de este maravillosos puente, el hecho de que se coloque una imagen en el medio? ¿Sería más apropiado ver las estructura del andamio y el trabajo que se desarrolla detrás?.
Tanto de día como de noche podemos evaluar y opinar sobre la intervención, el vaporetto circula bajo el puente, repleto de pasajeros.
Un palacio veneciano, cercano al Rialto, reproduce en su andamio con fidelidad la fachada que se restaura, sin apenas concesiones a la publicidad.
También en Venecia, ¿es aceptable un enorme cartel encajado en la maravillosa fachada clásica? La publicidad del reloj pagará parte de los costes de la rehabilitación, sin duda, y la percepción de la obra es más limpia.
En Milán encontramos la catedral parcialmente andamiada durante los trabajos de rehabilitación. Imágenes históricas decoran los bajos de las vallas perimetrales, y las zonas andamiadas, que tapan parcialmente las fachadas, reproducen las complejas arquerías y pináculos. El espacio publicitario aún está en blanco, a la espera de ser contratado, pero ya con la fila de focos instalada para la iluminación nocturna del anuncio.
De nuevo combinaciones entre andamio y publicidad en la misma Piazza del Duomo, en dos edificios menores, pero que, con la colocación de telas tensadas, protectoras y decoradas sobre la estructura del andamio, no rompen la armonía de la plaza. ¿O son un coladero para la publicidad?
Sí lo es sin duda en este edificio en rehabilitación, del que sólo apreciamos una fila de ventanas sobre el inmenso coche rojo del cartel.
En Bruselas, esta fachada de corte historicista y detalles art nouveau, está semi reproducido y semi recubierto de publicidad. Otro controvertido andamio con lona tensada casi publicitaria.
Como la Iglesia de los Teatinos, en Munich, en la que en el centro de la fachada, nada menos que un futbolista, con manto de armiño, publicita una marca deportiva. ¿Sería mejor el clásico andamio verde de rejilla?
Y finalmente, en Madrid, en la Glorieta de Bilbao el edificio se curva al apretarse el cinturón para viajar a Londres o Nueva York. Un ejemplo de publicidad realmente combinada con la imagen de la fachada que protege.
Dejamos al criterio, siempre enriquecedor de los lectores, el juicio sobre estas intervenciones, y la proporción admisible publicidad-reproducción, para que la armonía de las ciudades no se rompa con las lonas colgantes de los andamios, pero que la publicidad no irrumpa de forma violenta en el paisaje urbano a costa de la rehabilitación del patrimonio construido.