Funcionamiento estructural de la cúpula de la cocina del Monasterio de Piedra

Cúpula cocina monasterio de piedra. Funcionamiento estructural

La construcción gótica de bóvedas en España emplea casi siempre el modelo de la bóveda cuadripartita o sexpartita, aunque ésta se da con mucha menos frecuencia que la primera. Lo que suele ser raro es que se resuelvan cúpulas con este sistema, que, por así decir, consiste en realizar gajos de directriz pseudocilíndrica que se interesectan entre sí con ejes formando una estrella en planta.

Cuando es una estrella de cuatro puntas -cruz- se forma una cúpula cuadripartita, si es de seis, sexpartita y, si de ocho, octopartita, forma muy rara de encontrar en las construcciones antiguas. Más raro aún, al ser una cúpula, es que el vértice central -la clave- esté claramente elevado sobre la cota de arranque del perímetro, que es lo que la convierte en cúpula, porque lo común es que la clave esté sólo algo peraltada sobre el perímetro. Además, esa clave suele conformarse con una dovela ciega que cierra el conjunto, pero en nuestro caso se conforma con una piedra anular que deja un hueco en su centro, al modo de los anillos de cierre de las cúpulas esféricas.

Cúpula cocina monasterio de piedra. Funcionamiento estructural

Pues bien, en las cocinas del Monsaterio de Piedra, en Zaragoza, el volumen se cubre con una cúpula octopartita apuntada con un óculo en el centro, que servía de chimenea para la salida de humos y vapores. El arranque, que forma la directriz de cada gajo cilíndrico, es un arco algo apuntado en los muros perimetrales, para un espacio de planta prácticamente cuadrada. Al ser la directriz paralela a los muros pero las generatrices formar una estrella, generatrices y directrices no son perpendiculares, lo que convierte los cilindros que se intersectan para formar la cúpula en oblícuos. Pero, además, al tener que apuntarse la cúpula hacia su centro, las directrices de cada gajo no son rectas, sino que describen en alzado una curva apuntada. En consecuencia, cada una de las superficies que forman la cúpula es un toro oblícuo de directriz en forma de arco apuntado.

En su funcionamiento estructural no se puede asimilar, como veíamos en nuestro artículo, a una cúpula de revolución, al estilo de las renacentistas y posteriores. En realidad, cada gajo es una lámina que traslada parcialmente las cargas al muro mediante una tensión tangencial en su entronque con él y, para el resto, mediante la descarga de los gajos lateralmente y por tensión tangencial -o normal condicionada por la forma del nervio- a los nervios de intersección, que acaban descargando contra el muro también. Esto supone que cada uno de los gajos no esté realmente actuando con su enfrentado como una supuesta viga que va de muro a muro, sino como voladizos empotrados en los muros con una coacción de compresión debida al acodalamiento radial de unos contra otros. Es decir, cada gajo tenderá a trabajar en flexocompresión.

Cúpula cocina monasterio de piedra. Funcionamiento estructural

Esta construcción, tan poco común, es realmente una lección del funcionamiento estructural y del sistema constructivo gótico que, si bien en su tiempo no se tenía conciencia de ello, es un paradigma del equilibrio de fuerzas en el espacio, en que la compatibilidad necesaria de una estructura plana puede ser sustituida por el equilibrio en la dimensión vertical de las tensiones contenidas en la superficie de la cúpula. Merece la pena ir a verla y darse cuenta de lo genuino y acertado de esta construcción. También porque crea un espacio unitario contundente y agradable.

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