En la Cañada del Campillo podemos encontrar varios modelos de arquitectura en los que la estructura la aporta totalmente o en parte la propia naturaleza.
El Barranco de la Hoz seca es un desfiladero de un afluente seco del río Mesa, entre Calmarza y Jaraba, en Zaragoza. Ha estado poblado por el hombre desde hace más de 9000 años. Prueba de ello es la existencia de pinturas rupestres del la época entre el Mesolítico y el Neolítico, del 7000 AC.
Las paredes de la hoz, de constitución calcárea, que en algunos puntos superan los 100 m de altura, están profundamente erosionadas por el agua y presentan numerosas oquedades. Para conseguir un espacio habitable no hay más que aprovechar la estructura natural y, de alguna manera limitarlo, adaptarlo y protegerlo.
Llama la atención el recorrido de unos 7 Km en el que se jalonan las diferentes construcciones, recuperadas y conservadas, a ambos lados del cañón. En primer lugar los apriscos, refugios de ganado en los que la pared de roca con su oquedad es el principal espacio utilizado, y se realiza un cierre frontal a media altura con una puerta para permitir el paso.
Algo más complejo si el aprisco o paridera está cubierto por una estructura secundaria de madera y brezo, además del abrigo de la roca.
Más cerrados, los brosquiles son espacios oscuros para proteger a los corderos recién nacidos de la luz y conseguir así una carne más blanca.
Las construcciones son de mampostería asentada a hueso, generalmente sin argamasa. La piedra es la misma que forma el muro del cañón. Un sencillo cargadero de madera resuelve la apertura de la puerta, que es de madera con un cerrojo.
Incluso en época reciente se han aprovechado estas estructuras de roca para pequeñas construcciones rústicas, cubiertas de teja y encaladas.
También se han adosado paredes de adobe, más tarde de bloque de hormigón, y se llega a nuestros días, igual que en la antigüedad, aprovechando la piedra como parte estructural y de cerramiento de construcciones residenciales y termales.
La construcción más importante dentro del cañón es la del Santuario Rupestre de la Virgen, del siglo XVII, edificada, como el resto de construcciones, contra la pared de roca y cubierta con teja. El santuario y la casa del santero están protegidos, a gran altura sobre el cañón.
No sabemos cómo eran las estructuras prehistóricas en este desfiladero, pero no serían muy diferentes de las que vemos hoy construidas por el hombre, apoyadas en éstas estructuras de roca que le ha proporcionado la propia naturaleza.