La sede de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid, en el barrio de Hortaleza, inspirado en la arquitectura fascista, ha sido atribuido al arquitecto, y luego ministro de armamento de Hitler.
El edificio del Teatro Clara Eugenia es un volumen muy rotundo, formado en planta por un semicírculo extendido. La entrada al edificio está por el lado plano, mientras que en semicírculo está el auditorio. Está rematado en todo el perímetro circular por una galería exterior de columnas dóricas, entre cada dos hay una hueco de fachada, y el techo está plafonado con molduras.
Todo el porche se eleva sobre cuatro peldaños que forman un plinto exterior muy clásico. El exterior está revestido en piedra o estucado en color blanco, incluso las columnas, lo que le da un aspecto sobrio. Hacia el interior el auditorio amplía su volumen porque se excava en el terreno para formar el graderío, por lo que la escena está bajo la rasante.
El Teatro Clara Eugenia está en el barrio de Hortaleza, dentro de una amplia finca que perteneció a los Duques de Frías. Inicialmente, había un palacio, varios pabellones y jardines, e incluso una “Casita del Príncipe”. En 1854 todo el conjunto fue comprado por una empresa francesa y en 1939 adquirido por Auxilio Social y pasó a a ser el Hogar Clara Eugenia, para educación de niñas, y gestionado por las monjas de la Caridad.
Con la llegada del Auxilio Social se demolieron algunos pabellones y se construyeron otros edificios. Las obras del Teatro se comenzaron en 1943, con unos materiales y técnicas de mucha calidad y poco frecuentes en esos años de autarquía. La estructura está formada por de vigas de hormigón armado de 16,00 m de longitud, los acabados de estuco eran similares a los que empleaba Speer y fueron realizados por especialistas italianos. Una de las monjas del Orfanato contaba que la obra fue dirigida por un arquitecto alemán. Esto contribuyó a formar la leyenda urbana ¡Speer en Madrid!.
Sin embargo, en los registros, el proyecto aparece firmado por Antonio Navarro Sanjurjo. En los años en los que se redacta, la arquitectura fascista es muy apreciada y ha sido divulgada en revistas antes de la Guerra Mundial y en la exposición “Nueva Arquitectura Alemana” de 1942. Navarro Sanjurjo hace una lectura muy dulcificada de esta corriente arquitectónica, creando un edificio casi romántico en su sobriedad.
Lo que sorprende de este teatro es que el estilo fascista alemán, si bien es influyente, no es el imperante en la arquitectura contemporánea nacional. El Escorial, el Barroco Sevillano y las directrices de Pedro Muguruza Otaño desde la Dirección General de Arquitectura son las mejores fuentes.
También los materiales del Teatro son poco frecuentes en la España de los años cuarenta. Las estructuras de la época están construidas con materiales básicos: el ladrillo se emplea en muros de carga, y bóvedas tabicadas cubren los espacios. No hay apenas acero y el hormigón armado tampoco es fácil de encontrar. Es por este contraste que sorprende este sencillo, elegante y lujoso pabellón, tan alejado del estilo “del régimen” imperante. Los exteriores son de ladrillo visto, con remates de granito en esquinas y cornisas y forja en las ventanas.
La rehabilitación para transformar el Teatro en sede de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid, ORCAM, fue realizada por los arquitectos Concepción Alcalde Ruiz y Miguel Ángel García Esteban. Se llevó a cabo una intervención interior en madera de arce para albergar las instalaciones anejas y una sala de audición y han rescatado el edificio para darle un nuevo uso muy acorde con el que tenía en origen, con una clara diferenciación entre lo existente y lo nuevo.
Una intervención acertada que ha permitido que esta pequeña joya de arquitectura nazi dulcificada siga en pie y con buena salud esperamos que por muchos años.
Fuentes:
elpais.com/diario/1999/06/18/madrid/929705072_850215.html; www.infomadera.net/uploads/articulos/archivo_3609_13180.pdf- 212.145.146.10/biblioteca/fondos/ingra2014/index.htm#inm.F3.139C