Clet, el artista bretón que ha dejado huella en Florencia.
Después de una carrera como restaurador de muebles antiguos en Roma y Arezzo, Clet Abraham, pintor y escultor francés, hijo del escritor Jean-Pierre Abraham, lleva varios años instalado en Florencia.
Con su estudio abierto en el barrio de San Niccoló, en el Oltrarno de Florencia, es famoso sus intervenciones sobre las señales de tráfico y con otras actuaciones más arriesgadas.
Todo comenzó una noche en que Clet Abraham y su equipo modificaron muchas de las señales del casco histórico, muy visibles y céntricas. Los florentinos pasaron varios días preguntándose quién había sido el autor de estos personajes que interactuaban con las señales metálicas.
Es esta nueva faceta de Artista Urbano la que le ha caracterizado y por la que ha pasado algunos momentos de controversia. No solo por las señales de tráfico alteradas, que también tienen sus críticos, sino por la instalación, en el puente Alle Grazie, sobre el Arno, de una escultura de su característico hombrecito negro, uno de los que pueblan las señales, pero en tres dimensiones.
Una mezcla entre Arte Urbano, o Arte Callejero -Street Art, Public Art- reivindicación del Arte como objeto accesible y cotidiano, crítica al arte encerrado en museos y expresión de tipo Pop-Art, lo hacen único.
El hombrecito negro es capaz de tallar el mármol de un prohibido el paso, pero también de utilizarlo para escapar.
Otro prohibido se ha convertido en un misterioso cajón cuya llave ha girado y estamos a punto de descubrir lo que guarda. La flecha es un viento que levanta a un hombrecito, esta vez rojo.
Spiderman ha tejido su telaraña para impedir que los coches aparquen.
Un bache es la mueca enfadada de un personaje de cara triangular y amarilla.
Es el prohibido la señal que más hemos encontrado, tal vez con una doble intención, convertida en diferentes viñetas creativas, con policías, enamorados, o tristes condenados.
Merece la pena visitar el taller, cerca del Piazzale Michelangelo, seguramente una de las mejores vistas del mundo, y revisar sus obras, incluso adquirir un imán o una señal personalizada, pero mejor es ir descubriendo cómo ha dejado su huella de pegatina en todo el centro de la ciudad. ¿Una nueva imagen de marca para Florencia?