Bóvedas de ladrillo en sótanos en edificios de fábrica

Bóvedas de ladrillo en edificios de muros de carga: equilibrio, reparaciones y actuaciones.

Una forma muy común de resolver el piso de planta baja en edificios de muros de fábrica es mediante la disposición de bóvedas de ladrillo entre muros paralelos, salvando la luz de la crujía. Estas bóvedas de cañón, con el edificio plenamente en carga son muy estables, y, desde luego, muy rígidas y resistentes.

Sin embargo, las bóvedas de ladrillo presentan un equilibrio algo delicado y cuando es necesario abordar obras de conservación y rehabilitación en el edificio, se ha de estar muy atento a las cargas que gravitan sobre ella y sobre sus muros para evitar su colapso, que se produce por falta de estabilidad -posibilidad efectiva de llegar al equilibrio- y no por falta de resistencia.

Equilibrio de bóvedas de ladrillo en sótanos en edificios de fábrica

Estas bóvedas suelen estar compuestas por una o dos roscas de ladrillo que se acodalan contra los muros laterales y, encima, se disponía un relleno algo apisonado sobre el que se colocaba el pavimento sobre cama de arena prensada o sistema similar. Puede suceder que los muros laterales queden enterrados por debajo de la cota del terreno o que sobresalgan. En el primer caso el equilibrio se consigue mediante la suma de la fuerza del extremo de la bóveda R, con la fuerza vertical de todo el peso que viene por encima a través del muro F, que añadido al empuje de las tierras Ft, consigue que la resultante Rc de todas las cargas pase por el interior de la cimentación. Si así no fuera, el muro volcaría. De igual modo, la resultante de las fuerzas sobre la bóveda de ladrillo ha de estar dentro de la propia bóveda, porque en caso contrario se abriría y colapsaría.

El equilibrio cuando no hay terreno empujando por el extradós del muro es el mismo, pero sin contar con la ayuda del mismo. Pero la carga vertical F suele ser tan grande que basta para conseguir el equilibrio en la base con la resultante Rc pasando por dentro de la cimentación.

Qué pasa si se altera el equilibrio

Sin embargo, cuando se alteran las condiciones anteriores es bastante fácil que la bóveda de ladrillo colapse, y no por falta de resistencia, sino por falta de estabilidad, como ya se ha dicho. Si, por ejemplo, se elimina la carga vertical F sobre el muro o se reduce excesivamente, sucederá que la resultante de la bóveda, al no compensarse con el peso anterior -que ya no existe- hará que la resultante final se salga de la propia base de la cimentación, lo que hará girar el muro llevando el apoyo de la bóveda hacia afuera y la clave de la bóveda hacia abajo, es decir, provocando el colapso.

Una operación muy habitual y de mucho riesgo es la de reponer el pavimento sobre la bóveda de ladrillo. Es común que entonces se advierta que sobre la bóveda hay un relleno de cascotes y material vario y se decida retirar tanto peso muerto y sucio y “limpiar” la bóveda. Tal forma de operar es muy peligrosa, especialmente en los laterales, o «riñones» de la bóveda. Al retirar el relleno, por más que la carga sea menor, se altera la ley de las cargas, haciendo imposible que la resultante de las fuerzas pase por dentro de la bóveda. Además, el empuje de las tierras está por debajo de la cota de arranque de las bóveda, empujándola hacia arriba. Antes de lo que pensamos, la bóveda ha podido venirse abajo.

Podría optarse entonces por hacer la limpieza por partes, alternando ambos lados. Pues en tal caso la situación es aún peor, porque la resultante de las fuerzas sobre la bóveda se desvía más aún que si se decide alterar el conjunto de un solo golpe, colapsando la bóveda de manera asimétrica, como por coceo.

Indicaciones de reparación y actuación sobre bóvedas de ladrillo en sótanos en edificios de fábrica

Por tanto, estas bóvedas de ladrillo deben tratarse con cuidado y mantener las cargas sobre ellas en lo posible. Y no tanto en magnitud como en posición y simultaneidad. Y si debe alterarse su constitución y posición de cargas, proceder a apearlas.