En Medianeras y viñetas paseamos por varios rincones de Bruselas en los que distintos personajes de comic forman parte del paisaje urbano de la ciudad. En esta ocasión, son diferentes arquitecturas y entornos urbanísticos de alcance universal los que se meten dentro de algunas historietas.
Astérix y los Juegos Olímpicos. René Goscinny (guión) y Albert Uderzo (dibujo). 1968
Atenas, siglo I a.C. Hasta allí viaja Astérix, camino de Olimpia, para participar en los Juegos Olímpicos de su propia era. El irreductible galo ganará la palma de oro en la carrera de los XXIV estadios (4.614,48 metros para ser exactos) tras la descalificación del equipo romano al completo, una vez demostrado que se habían pimplado una marmita entera de la poción mágica del druida Panorámix. Toda una sátira del dopaje en el deporte profesional.
Stock de coque. Hergé. 1958
Como hicieran el profesor Henry Walton Jones Jr. y su padre en busca del santo Grial, el reportero Tintín y el capitán Haddock recorrerán un paraje muy similar a las ruinas nabateas de Petra, al rescate del emir de Khemed, en una aventura cuya trama, lamentablemente muy actual, encierra el tráfico de esclavos en pleno siglo XX.
Favola di Venezia. Hugo Pratt. 1977
La basílica de san Marcos de Venecia sirve de telón de fondo de las cavilaciones nocturnas de Corto Maltés, en una fábula que reúne en torno al marinero a carabineros, masones, camisas negras, un sinfín de gatos y hasta el mismísimo poeta Gabriele D’Annunzio, a la búsqueda de una esmeralda conocida como la Clavícula de Salomón.
El demonio de la torre Eiffel. Jacques Tardi. 1976
No hay rincón del París de principios del siglo XX que no conozca la escritora Adèle Blanc-Sec. En esta aventura, cuyo desenlace tiene lugar en la torre Eiffel, se las tendrá que ver, ni más ni menos, que con un sanguinario demonio de origen asirio, o eso es lo que parece, denominado Pazuzu.
Golpe maestro. Len Wein (guión) y Ross Andru (dibujo). 1973
Hacia 1970 triunfa el cine de artes marciales. Con esta temática la editorial Marvel lanza, entre otros personajes, a Shang-Chi, maestro del Kung Fu (e hijo respondón de Fumanchú, para más señas), a imagen y semejanza del actor Bruce Lee. Spider-Man interactuará estrechamente con él en esta aventura que empieza, con grandes dosis de adrenalina, en el museo Guggenheim de Frank Lloyd Wright en Manhattan.
Akira. Katsuhiro Otomo. 1982-1990
Neo-Tokio. Año 2019. Una presunta explosión nuclear desencadenó la tercera guerra mundial unos treinta años antes. Sectas religiosas y grupos extremistas alimentan el mito de Akira, un niño cobaya depositario de la energía absoluta y cuya resurrección supondrá el amanecer de una nueva era para Japón. Kaneda y Tetsuo, miembros de una pandilla de moteros de esta megalópolis postnuclear, se verán enfrentados por Akira. El accidente nuclear de Fukushima parece una nadería comparada con lo que se nos cuenta en este larguísimo manga.
The Long Tomorrow. Dan O’Bannon (guión) y Moebius (dibujo). 1975
Los escenarios urbanos de Blade runner, La amenaza fantasma (Star Wars I), o El quinto elemento, entre otras películas, le deben mucho al desarrollo urbano que aparece en The Long Tomorrow, un caso futurista del detective Peter Club —en busca del cerebro del presidente de los Estados Unidos— en la más pura tradición de las novelas negras de Dashiell Hammett y Raymond Chandler.
El supergrupo contra los demoledores. Efepé (guión) y Jan (dibujo). 2015
Vuelta al presente. La playa del Algarrobico, en Almería, además de servir de escenario para representar el puerto de Áqaba en la película de Lawrence de Arabia, alberga todavía uno de los espantos urbanísticos más aberrantes perpetrados en el litoral español. Lo que la acción de la justicia aún no ha sido capaz de corregir, lo arreglan, en unos pocos minutos, los mamporros combinados de Superlópez y sus amigos.