Cuando prescribimos un hormigón, o leemos una prescripción, recibimos mucha información solo con la nomenclatura.
En este artículo explicamos qué señala cada uno de los caracteres del tipo de hormigón y cuáles son los usos más frecuentes y los normalizados.
Si, por ejemplo, escribimos HA-25/B/20/IIa, estamos definiendo un hormigón específico: Hormigón para armar, de resistencia característica 25 N/mm2, consistencia blanda, tamaño de árido 20mm, para interiores de edificios sin condensaciones.
¿A qué normativa y esquema responde este formato?
El formato para la designación o tipificación del hormigón está recogido en el artículo 39.2 de la EHE-08. Según este artículo, el formato siguiente deberá reflejarse en los Planos y en el Pliego prescripciones técnicas particulares del proyecto.
Este formato es: T-R/C/TM/A
en donde:
T Tipo de hormigón
R Resistencia característica
C Letra inicial del tipo de consistencia
TM Tamaño del árido
A Designación de ambiente
Con estas especificaciones está completamente definido un tipo de hormigón.
Vamos a desglosar cada uno de los términos anteriores, para ver exactamente en qué consiste y cuáles, de los valores anteriores están dentro del rango de la norma y de los usos constructivos.
T- El tipo de hormigón se refiere a si se trata de hormigón en masa (M), armado (A) o pretensando (P).
R- La resistencia característica es la resistencia a compresión del hormigón alcanzada a los 28 días de fraguado, medida en N/mm2.
C- Es la consistencia del hormigón, por la proporción de agua en la masa, que va desde la más líquida a la más seca. La primera letra designa la consistencia: Líquida, Fluida, Blanda, Plástica y Seca.
TM, es el tamaño máximo del árido medido en mm. Normalizados son 12, 20 y 40 mm.
A- es la designación del ambiente, que se va a desglosar en: clase de ambiente, aditivos y aditivos especiales.
Cuadro resumen
Sin embargo no todas son posibles, pues se establecen limitaciones, como veremos más adelante.
En cuanto a resistencia, el hormigón estructural se limita de la siguiente manera:
Por lo tanto los hormigones por debajo de 20N/mm2 no son aptos por durabilidad, y 25N/mm2 es el mínimo para estructuras.
Lo más frecuente es hormigón 25 N/mm2, en estructuras convencionales, con dimensiones normales y sin necesidades especiales de durabilidad.
La decisión sobre la consistencia depende de la pieza que se va a hormigonar. Como regla general se utilizarán hormigones fluidos para cimentaciones profundas y recalces, y hormigones blandos para el resto de piezas estructurales, en las que sea posible una buena vibración de la masa.
Los hormigones de consistencia plástica o seca se emplearán para piezas con características geométricas especiales: Para superficies con fuertes inclinaciones (plástica) o proyectados o gunitados (seca).
En cuanto al tamaño del árido, las cimentaciones se prescriben con árido de 40 mm, pues suelen tener menos densidad de armadura. Árido 20 para estructuras convencionales. Árido 12 para piezas en las que la armadura requiera un hormigón más fino, de forma que se eviten coqueras. Es el caso de elementos de pequeño espesor, de armado denso o en gunitados y proyectados.
La clase de ambiente define la exposición del hormigón en lo relativo a corrosión de las armaduras. Se clasifica en los siguientes grupos, según la EHE-08:
En este punto es muy importante definir el tipo de ambiente en el que va a estar localizada la pieza estructural, y tener en cuenta la humedad y la presencia de agentes agresivos. Cualquier pieza convencional puede sufrir un deterioro acelerado si no se ha tenido en cuenta esta circunstancia.
En la siguiente columna del cuadro resumen hemos visto los aditivos básicos. Son los que caracterizan hormigones especiales, por el tipo de cemento empleado:
SR Hormigón resistente a sulfatos o sulforresistente.
MR Hormigón resistente al agua de mar.
LH Hormigón con bajo calor de hidratación, para grandes masas de hormigón, que impide que al fraguar el calor generado deteriore la masa porque hierva el agua.
BL Hormigón blanco.
Y por último, los aditivos especiales. Éstos proporcionan al hormigón protección frente a deterioro distinto de la corrosión de las armaduras. Se recogen en el cuadro de la EHE-08:
Son menos frecuentes en edificación convencional, pero sí en edificaciones industriales o marítimas y en lugares de alta montaña. Como en los hormigones aptos para las diferentes clases de ambiente, los aditivos especiales son garantía de durabilidad del material.
Debe evitarse una prescripción incorrecta del hormigón en proyecto o un error en la puesta en obra. Como comentamos en artículos anteriores sobre la importancia del recubrimiento de armaduras, un tipo inapropiado de material es un defecto muy difícil de subsanar. Los daños generados pueden suponer la ruina prematura de la estructura.
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Autora: Ana Fernández-Cuartero Paramio