La nueva sede de la Fundación Giner de los Ríos en Madrid nos reserva una sorpresa de convivencia de diferentes arquitecturas.
Alrededor de un jardín secreto, en este artículo nos acercamos este edificio singular, premio COAM 2015.
El exterior, hacia la calle de Martínez Campos, se nos muestra un volumen escueto, encajado entre el edificio original y el convento colindante. Entre aquellos queda un paso cerrado con una cancela.
Ya se nos ha adelantado la fachada de vidrio cubierta por una trama de finas barras de acero verticales. Hacia el interior se abre un jardín al que miran tres edificios muy diferentes.
Además del nuevo proyecto, de Cristina Díaz Moreno y Efrén García Grinda, lo primero que llama la atención es un volumen rectangular adosado a una medianera, el Pabellón Macpherson.
Todo el frente es una galería, entre pies derechos de madera. Éstos se prolongan hasta el suelo para apoyar sobre zapatas de granito. La cubierta de teja enlaza con el ladrillo del fondo. En la rehabilitación se han sustituido los cerramientos de planta baja por vidrios.
El testero es un ejemplo de arquitectura de ladrillo y entramado de madera. Es necesario acercarse para ver las filigranas de cerámica.
Frente a este edificio se despeja el jardín. Se nos guía a través de una camino de lascas de granito. A los lados hay algunos bancos, y si miramos hacia atrás encontramos el edificio original, un volumen discreto enlucido en color claro.
Se trata de la casa de Giner y Cossío, sede de la Fundación creada al fallecimiento del primero. La Fundación conserva todo el legado de la Institución Libre de Enseñanza.
Tres edificios alrededor del magnífico proyecto de jardín. El nuevo proyecto se descompone en pequeños volúmenes en convivencia con el resto. Y sobre todos ellos se percibe la ciudad que nos rodea. Hacia Martínez Campos las viviendas del Amaya, de Gutiérrez Soto, se elevan sobre el tejado de la casa de Giner de los Ríos.
Hacia el Este, la arquitectura neomudéjar del vecinos convento de las Hijas de la Caridad. Su fachada asoma entre los volúmenes de la ampliación.
Y hacia el Sur, más allá de los cipreses, las viviendas, menos afortunadas, de la calle posterior, Rafael Calvo.
El jardín
Volvemos al jardín, diseño de la paisajista Teresa Galí-Izard, y a la ampliación. Del centro del mismo parten las escaleras para bajar a la sala de exposiciones. Éstas y las ascendentes están flanqueadas por la misma trama que la fachada.
La trama oculta el interior, y sin embargo, desde el interior se percibe una gran transparencia. Entre ambas capas se pueden colocar pasarelas de mantenimiento.
Y por la parte exterior del tejido de alambres se enredan las trepadoras. La Fundación Giner de los Ríos en Madrid, un jardín secreto que enlaza con el de la Casa de Sorolla unos metros más abajo, en el mismo Paseo de Martínez Campos.
Autora: Ana Fernández-Cuartero Paramio