Construcciones de tierra cruda conforman el paisaje de Cetina y Jaraba, al sur de Zaragoza.
Un paseo por tierras de arcilla y edificaciones de adobe y tapial, materiales autóctonos de construcción rural en estos municipios.
Los paisajes rojizos, con orografía suave y plantaciones de almendros acompañan en el camino desde Cetina a Jaraba.
En este camino podemos ver las cárcavas sobre las arcillas en el borde de la carretera. Material de construcción puro para, desde tiempos remotos, levantar viviendas y apriscos.
La arquitectura local se ha nutrido de lo que tiene en los almacenes bajo el sol. Por un lado barro para los adobes. Por otro barro y cal para los cajones de tapial, fabricados con encofrados de madera. Y también piedra para los basamentos, protección de la humedad de suelo y salpicaduras.
La composición de la tierra ha de tener las proporciones idóneas para las construcciones de adobe y tapial. Proporciones entre la grava, arena y limo. Grava para dar resistencia y estabilidad. Arena y limo con una buena proporción de arcilla para darle plasticidad y cohesión.
Aunque en las edificaciones nuevas predomina el bloque de hormigón, se conservan muchas tradicionales, algunas de ellas en uso.
Aún entre terrenos colindantes se mantienen levantados los muros de adobe.
En los edificios los muros de piedra en la base, con cajones de tapial y ladrillos de adobe en la zona superior.
Así como en otras ocasiones hemos visto revocos de protección, en esta zona el material está muchas veces a la intemperie. Solo protegido por los aleros y las bases de piedra. A veces revestido del propio barro.
Se mimetizan en color y textura con el terreno. Muchas veces es difícil diferenciar las construcciones de adobe y tapial del suelo del que se alzan.
En Cetina, un edificio de fachada de adobe con ventanas de madera.
En Jaraba, construcciones de adobe y tapial dispersas y refugios de ganado. Caídas las cubiertas se puede ver el interior desde la puerta. La roca del terreno dentro del refugio.
La coloración de la arcilla varía desde el rojo más intenso hasta un color ocre claro. Sobre todas las construcciones, estructuras de madera y cubierta de teja árabe. Los dinteles de madera, comidos por el sol y el aire.
Una arquitectura tradicional bien hecha, adaptada al entorno, con materiales locales, sostenible y merecedora de la mayor protección.
Autora: Ana Fernández-Cuartero Paramio