Los problemas de capilaridad afectan a las plantas bajas de casi todos los edificios antiguos en las bases de sus muros. Una vez que el edificio está en uso, la humedad asciende por el paramento y produce manchas, desprende rodapié y es foco de olor y falta de salubridad. ¡Cuántas veces hemos visto un zócalo de plástico o de azulejos elevar la humedad más un metro sobre el suelo!
Hay acciones que la impiden, como la colocación de barreras impermeables, directas o mediante tratamientos químicos en taladros, y hay otras soluciones que recogen y reconducen el agua a través de canaletas en cámaras bufas Pero no siempre estamos en disposición de gastar un presupuesto en ello, y a veces la humedad no es de gran alcance como para fuertes inversiones, pero convivir con ella no es recomendable.
En este post queremos compartir una solución que, si bien no elimina el origen de la humedad ni su ascenso, ha funcionado en un aspecto fundamental: no se aprecia.
El local que nos tocó reformar tenía las paredes pintadas con muchas capas de gotelé de pintura plástica, unas sobre otras. El rodapié estaba bufado, y bajo él, todos los muros y tabiques tenían bastante humedad.
Lo primero que hicimos fue picar todo lo posible la pintura plástica, ventilar el local y evaluar el alcance la humedad. Al cabo de unos días en condiciones óptimas de ventilación, y con unos 20 cm de paredes picadas, la humedad apenas ascendía 10 cm.
La comunidad de propietarios no estaba dispuesta a asumir el coste de una obra de corte de capilaridad y el local debía abrir cuanto antes, así que decidimos tapar la capilaridad de la vista, pero no ahogar las paredes. Si lográbamos igualar las condiciones de las paredes picadas y vistas, la humedad no sería importante.
Para tratar de igualar las condiciones de ventilación del muro descubierto, lo que llevamos a cabo fue un zócalo ventilado. Se colocaron rastreles de aproximadamente 1,5 cm de espesor clavados al tresbolillo para dejar que el aire se moviese libremente en el interior de la cámara.
Luego se colocó el zócalo unido al rodapié y éste elevado, con calzos ocultos, aproximadamente 1 cm sobre el nivel del suelo. A simple vista esta elevación no se aprecia.
El encuentro entre la pared y la parte superior del zócalo se resolvió con un angular de madera que dejaba aproximadamente 1 cm hueco orientado hacia el suelo, para que no se viera.
De esta forma el aire, húmedo en el interior de la cámara, provoca una corriente de convección y está permanentemente renovándose, gracias a las rendijas que se han dejado en la parte superior e inferior del zócalo.
Cuando el local está sin uso, por las noches y los fines de semana, las puertas permanecen abiertas, para crear una pequeña corriente de aire entre las diferentes estancias. Cada día se ha de ventilar algo, pero esta recomendación es para cualquier local o vivienda en uso. En este caso además facilita la compensación de humedad interior.
En los escalones de acceso desde la calle se aplicó la misma solución, cortando rodapié y zócalo para que quedasen separados del piso de cada peldaño.
Cada semana, el muro húmedo detrás del zócalo, desprende algo de arenilla que hay que barrer, pero la humedad no ha ascendido, no se ha desprendido material ni del zócalo ni del rodapié. La obra se terminó hace cuatro años y las fotos se han tomado esta misma semana.
Foto taza: wp.cienciaycemento
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4 comentarios en “Una intervención en muros afectados por capilaridad de baja intensidad”
Hola Ana,
Es una solución, pero cuando la humedad sube más, te recomiendo un mortero macroporoso, que una vez saneada la pared, podemos aplicarlo hasta la altura que consideremos necesario.
Lógicamente se debe acabar con una pintura que sea permeable al vapor.
Dispongo de otro producto, se trata de un mortero de tres componentes, éste forma una barrera, e impide el paso de agua hasta presiones de 9,5 atm. negativas, aunque en éste caso no lo recomendaría puesto que la humedad buscaría otra salida.
Si queréis más información, me lo decís y os la paso.
Ramón
Muchas gracias, Ramón, en este caso ha bastado con esta solución. La utilización de morteros macroporosos es muy interesante, pues permite la evaporación libre del agua, si, como en este caso, no es muy grave. Lo segundo es un corte de capilaridad «a posteriori», que también lo hemos utilizado alguna vez. En este caso es muy importante fijar la cota, para no aplicarlo por debajo del nivel del terreno, y que el operario que lo aplique esté bien formado. Saludos
¿Qué opinas de la electroosmosis inalámbrica?
Hola Elena, personalmente no la he empleado, pero tengo buenas referencias de algunos compañeros que sí lo han hecho. Estamos muy abiertos a todas las experiencias y opiniones. Gracias por tu comentario.