Una visita al Yacimiento Arqueológico de Carranque: construcción tardorromana y más.
En 1983 un agricultor que removía el terreno, descubre el primer mosaico. Durante 10 años se continúan los trabajos de excavación hasta descubrir tres edificios separados, de épocas diferentes, pero que parecen pertenecer inicialmente a una villa tardorromana, que después va sufriendo adaptaciones y reconversiones hasta caer en el olvido. Como veíamos en el Museo del Teatro Romano de Cartagena, la recuperación arqueológica se hace posible gracias a la nueva arquitectura.
El primer edificio es la denominada Casa de Materno, una villa del siglo IV d.C. Como en cualquier casa romana, la organización de las habitaciones es en torno a un patio central porticado o peristilo. La entrada era a través de un espacio también porticado, con un mosaico con cabeza de medusa, protectora de la vivienda.
Los muros de carga son de cajones de cal y canto, lo que se denomina opus caementicium, en latín, que consiste en verter piedras de tamaño mediano mezcladas con cal en encofrados de madera. Al fraguar se retira el encofrado, se colocan un par de hiladas de ladrillo y se continúa hacia arriba. Esta técnica de muros de carga pervivirá muchos siglos en España.
Destacan tres habitaciones: el cubículo de Materno, que es el dormitorio principal, el oecus o gran salón de recepción, y el triclinium o comedor. Estas habitaciones son de formas irregulares, muchas veces con cabeceras curvas.
Todos los suelos están revestidos de mosaicos con escenas de la mitología, y dibujos geométricos de excelente factura.
Incluso los escalones están forrados de mosaicos. Se reconocen hasta tres manufacturas diferentes, y son los de las habitaciones más representativas los que tienen las teselas más pequeñas y las filigranas más complicadas.
Quedan trazas del sistema de calefacción bajo el suelo, o hipocausto, que consistía en dejar una cámara bajo el pavimento por la que se hacía discurrir el aire calentado en un horno anejo a la vivienda. Las pequeñas pilastras de ladrillo que sostenían la capa de baldosas de barro que cerraban la cámara están aún en pie en algunas habitaciones.
Esta parte del yacimiento está dentro de una gran nave cubierta y cerrada en su perímetro.
La gran cubierta descansa sobre cerchas de acero, apoyadas solo en el perímetro y en cuatro pilares que marcan el patio de la vivienda. Una rampa elevada sobre estructura metálica recorre los más de 1000 metros cuadrados de construcción, y permite admirar los mosaicos.
Esta cubierta protege esta parte del yacimiento delicada por conservar los mosaicos y algunas trazas de pintura en los muros.
El segundo edificio es el Mausoleo o Ninfeo. Hay varias interpretaciones de lo que pudo ser esta pequeña construcción de una sola habitación y situada en un alto del terreno. Por una parte se interpreta como un edificio funerario, de planta rectangular con un ábside semicircular, y por otro lado se interpreta como un ninfeo, o templo dedicado a las ninfas. Solo se conservan los arranques de los muros de carga, de gran espesor y con columnas adosadas.
Por último, la construcción más moderna, de principios del siglo V d.C es el llamado Edificio Palacial. Se trata de un edificio de representación social, donde el dueño de la villa recibía a sus invitados. Se cree que la villa perteneció a un amigo de Teodosio, el emperador de origen hispano que dividió el Imperio Romano.
Los muros de carga son de sillares de caliza. Había un patio o peristilo rectangular con columnas de mármol traídas de Anatolia.
Los muros de carga sostenían cúpulas de ladrillo revestidas de mosaicos. La utilización de mosaicos en los techos es propia de la arquitectura Bizantina, es decir, que el edificio está muy influido por la parte oriental del Imperio. La idea de globalización se nos hace imprescindible al pensar en el origen de los mármoles y en la influencia de la arquitectura del este del Mediterráneo en este edificio situado en el centro de la última península al oeste del Imperio.
El palacio se ha visto muy transformado en el tiempo. Se han encontrado diferentes enterramientos, tanto de la época inicial como de otras posteriores. En época visigoda se adaptó una zona a iglesia. De la época árabe se conserva un pozo y la inscripción de una frase en una de las columnas originales.