Las iglesias románicas son las manifestaciones arquitectónicas más antiguas del principado. Con características formales y constructivas homogéneas, hablan de la formación de las comunidades parroquiales en los valles pirenaicos de Andorra.
Construidas entre los siglos XI y XII, de pequeñas dimensiones, tienen una sola nave y un campanario por lo general independiente de la iglesia. Con sus muros de mampostería y sus cubiertas de madera y pizarra son el emblema de la arquitectura andorrana.
Como veíamos en los trulli de Alberobello, se trata de construcciones de piedra, aunque en este caso combinadas con madera en muchas ocasiones, especialmente en la resolución de la estructura de la cubierta.
En Sant Joan de Caselles, la nave se cubre con estructura de cerchas de madera y, sobre ella, un tablero y lajas de pizarra.
Tiene dos porches, uno al costado y otro a los pies de la nave, están apoyados sobre pies derechos de madera o pilares de mampostería y son de menor altura que la nave.
La torre se encuentra unida a la nave por uno de los porches. Las pinturas del interior son una copia de las originales, conservadas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.
La nave de la iglesia de Sant Miquel de Engolasters es de estructura de par e hilera de madera.
La torre, más esbelta que la de Sant Joan, con tres alturas de arcos geminados, enmarcados en arquillos lombardos en relieve.
La estructura del porche, de machones de mampostería y viguetas de madera está casi alineada con la cubierta.
En Sant Martí de la Cortinada la iglesia románica del siglo XI se amplió en el XVI, con un cambio en la orientación de la nave y la construcción de un retablo.
En la torre, los primitivos arcos geminados del lateral se han unificado para dar cabida a la campana.
Todas las torres tienen la cubierta resuelta con lajas de pizarra colocadas horizontalmente, no en forma de escamas como en las cubiertas de iglesias y porches.
La iglesia de Santa Coloma destaca por su campanario lombardo de planta circular, único en Andorra.
La nave de la iglesia está levantada sobre muros de mampostería combinada con madera, también diferentes de los del resto de las iglesias, en los que la madera se utiliza exclusivamente para las estructuras de cubiertas y forjados de porches.
La bóveda del ábside ha sido reconstruida con mampostería de piedra porosa, más ligera que la utilizada en los muros y la torre.
Aún conserva algunas pinturas murales, una talla de madera policromada del XII-XIII y un retablo del XVIII. Un arco de herradura da paso desde la nave a la zona del altar.
Pal es uno de los conjuntos rurales mejor conservados de Andorra. Situado en una ladera, destaca entre las casas la iglesia de Sant Climent.
Fue construida en elsiglo XI, y ampliada posteriormente, pero sin modificar demasiado sus dimensiones ni orientación.
Conserva casi todos sus muros románicos y tiene un porche lateral de estructura de pies derechos y forjado de madera.
Su torre de estilo lombardo es de mampostería con tres filas de huecos en arcos geminados. La última fila es de arcos geminados dobles, única en Andorra.
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