Imagen 1. Forjado deformado y apeado
Refuerzo de forjados de madera con pletina de acero o con losa de hormigón armado. Forjados mixtos
Los forjados de madera pueden no reunir las suficientes prestaciones en cuanto a resistencia o deformación si modificamos sus condiciones de trabajo. Tal es el caso de nuevos usos, o de cambios en los acabados existentes, o deformación excesiva y problemas de fluencia. Incluso sin cambios sobre las condiciones actuales de carga, puede que sea necesario reforzarlos porque se diseñaron insuficientes, o porque es necesario que cumplan las condiciones que fija la normativa si estamos realizando una reforma de cierta entidad sobre el edificio.
Este tipo de forjados suelen estar formados por viguetas, habitualmente apoyadas sobre muros de carga, con escasa separación entre los ejes de dos consecutivas, unos 30-60 cm, y sin continuidad, es decir, cada vano de forjado es independiente del vano correlativo, por lo que cada vigueta funciona como un elemento biarticulado, salvo en los voladizos, en los que se suele prolongar la vigueta al otro lado del muro.
La mera apreciación visual de la deformación condiciona la confianza del usuario y provoca rechazo, aunque no exista riesgo de rotura del forjado. El refuerzo se considera imprescindible en estos casos.
Si, una vez comprobado el forjado, fuera necesario reforzarlo, podemos realizar el refuerzo bien por la cara superior, bien por la cara inferior. La elección del modo de refuerzo depende básicamente de la accesibilidad de la estructura y de las deficiencias en cuanto a prestaciones. Estos datos los arrojará el cálculo correspondiente. El refuerzo por la cara superior será recomendable siempre que se pueda limpiar completamente la cara superior de las viguetas para unirlas al refuerzo, y por la cara inferior cuando se pueda acceder a ésta sin impedimentos. Lo importante es lograr que el refuerzo trabaje de manera conjunta con la estructura existente, y no se produzca, como comentábamos en la entrada Refuerzo de forjados de madera (I), una sobrecarga del forjado, ya de por sí insuficiente, o bien la falta de aprovechamiento de la capacidad estructural de la madera, convirtiéndola en un residuo edilicio si colocamos una estructura autorresistente en su lugar.
En contra del apeo de los forjados, solución para forjados de madera que vemos con frecuencia ejecutada en edificios antiguos, y que consiste en colocar un perfil metálico transversal en el centro del vano, los refuerzos que proponemos no modifican la distribución de cargas original del edificio. Además no consumen apenas altura libre, ya que tanto la losa mixta como las pletinas son muy delgadas.
Refuerzo por la cara superior del forjado:
El refuerzo por la cara superior se realiza convirtiendo el forjado de madera en una estructura mixta hormigón armado-madera, mediante la limpieza superficial de todas las viguetas, el anclaje de tornillos a cada una de ellas, en número y distribución según los cálculos y la colocación de un mallazo y una losa. Es importante descargar el forjado en la medida de los posible, tarea que además proporcionará algo de recuperación de la flecha excesiva del mismo.
Imagen 2. Limpieza de la cara superior de las viguetas, eliminación de solados y acabados
Para asegurar la entrega de carga en los muros perimetrales, se pueden fijar, con mortero de resina, barras de acero a éstos, que luego quedarán embebidas en la losa. Se recomienda realizar estos anclajes en todos los muros, ya que esta condición confiere además una estabilidad adicional al edificio intervenido, al actuar los refuerzos de los forjados como rigidizadores entre los muros, que impiden el giro inapropiado de la estructura global y un eventual colapso.
Imagen 3. Colocación de tornillos y protección de la madera con plástico
Es muy importante señalar la incompatibilidad absoluta entre el mortero húmedo y la madera. Es necesario siempre impedir que haya contacto directo, y para esto basta con situar una lámina impermeable sobre el forjado antes de comenzar los trabajos, como puede verse en la imagen.
Imagen 4. Tornillos de refuerzo, anclaje al muro y mallazo preparados para hormigonar
También el apeo de los forjados será necesario, teniendo en cuenta que el mortero húmedo es mucho más pesado que una vez seco y nada resistente. No olvidemos apear hasta el terreno, para no sobrecargar las plantas inferiores.
Refuerzo por la cara inferior del forjado:
Se trata de colocar una pletina de acero atornillada en la cara inferior de cada una de las viguetas, para convertir el forjado en una estructura mixta madera-acero. Los tornillos aseguran la acción conjunta madera-acero, porque absorben el esfuerzo rasante e impiden que la pletina deslice sobre la madera. Es muy importante destacar que el refuerzo por la cara inferior va a resolver los problemas de las viguetas con momentos positivos. En el caso de los voladizos este refuerzo no es eficaz, y habría que, obligatoriamente, actuar por la cara superior.
Imagen 5. Refuerzo por cara inferior de forjado
La ventaja de este refuerzo es que no hay que eliminar el solado y descubrir la cara superior de las viguetas, aunque conviene descargarlo todo lo posible y es necesario apear antes de reforzar.
Para calcular cualquier refuerzo de forjado de madera puedes hacerlo en www.e-struc.com
2 comentarios en “Refuerzo de forjados de madera (II). Tipos”
Hola. Escribo desde Bariloche, Argentina. Muy interesante la página. En mi caso, tengo que reforzar una estructura de vigas de madera similar a la mostrada en la última figura, sobre la cual se construyó una plataforma de cemento que sobrecarga demasiado la estructura. No tengo acceso por arriba como para poner los refuerzos por la cara superior, podría ponerlos por la cara inferior, aunque no podré descargar el peso. Mi pregunta es por qué no ponerlos por los laterales con varillas roscadas pasantes de manera de hacer un «sandwich» de cada viga de madera con dos placas metálicas laterales. Entiendo que en este caso cada viga llevaría dos placas metálicas en lugar de una, es mas gasto, pero, además ¿trae algún inconveniente?
Hola Oswaldo, en la solución que propones las chapas laterales tienen poca rigidez y además es difícil que trabajen de forma combinada con la madera. Lo óptimo es que la chapa se coloque horizontal bajo la vigueta, atornillada como se explica en el artículo. Si mediante el refuerzo de chapa por la cara inferior de la viga de madera no logras la suficiente capacidad -este refuerzo lo puedes calcular con e-struc- te recomendamos que coloques dos perfiles abiertos tipo UPN, uno a cada lado de la vigueta. Los perfiles tienen más rigidez que las simples chapas y pueden resolver la falta de capacidad de la madera.