Un recorrido por algunas de las iglesias más importantes de arquitectura de adobe en el norte de Chile.
Los caseríos de arquitectura de adobe de las provincias norteñas surgen alrededor de las posibilidades de cultivo, en lugares de bastante altitud, entre 1500 y 4000 m, en laderas bien protegidas y surtidas de agua. Por ellos pasaba el antiguo camino del Inca, que era la vía de comunicación precolombina entre Perú y Chile.
Su producción agrícola permitía abastecer a las cercanas explotaciones mineras. Las construcciones se alineaban en torno al camino, que se convertía en la calle principal del asentamiento. Éste podía ser más o menos regular de acuerdo a la orografía del terreno, o al trazado de los conquistadores. Las construcciones son de una sola planta, con muros de piedra o adobe y cubiertas de paja.
La iglesia preside el asentamiento, aunque no siempre ocupa el centro del caserío, pues puede situarse en un lado, en un alto o incluso al final de la calle principal.
La mayoría de estas iglesias están construidas en la primera mitad del siglo XVII, y pertenecen al denominado “estilo mestizo”.
Éste integra las formas provenientes del renacimiento europeo y la expresividad y tradición constructiva de los indígenas, lo que da lugar a un nuevo lenguaje de cualidades propias y que compartirán los asentamientos de la zona.
Son construcciones exentas, que pueden rodearse fácilmente, y suelen estar dentro de un recinto acotado, que a veces coincide con la plaza.
Están constituidas por una sola nave, con ábside rectangular y una torre que puede estar exenta o adosada a la nave.
La torre es escalonada, dividida en varios cuerpos, con líneas de imposta diferenciando los diferentes tramos.
Algunas cuentan con capillas laterales, que les confieren una aproximación a la planta de cruz latina. Le entrada es por los pies de la iglesia o por el lateral o ambos, como en las iglesias peninsulares, y se complementan con un sencillo coro sobre la entrada.
En esta arquitectura de adobe los muros son gruesos, de sección decreciente hacia el alero. Se refuerzan con contrafuertes. Encaladas en el exterior y el interior, y con portadas más o menos decoradas. Es en las portadas y torres en donde se recoge el lenguaje del renacimiento español, y se integra en la construcción.
Los interiores son sobrios, centrándose la decoración en los retablos con imaginería.
La estructura de la cubierta es de par e hilera o par y nudillo, a veces con tirantes.
Los pares suelen estar atados con tiras de piel de guanaco en vez de clavados. Sobre el entablado, la cubierta se termina con barro y paja brava, como en las construcciones precolombinas
El entablado a veces es de ripia o caña y otras de cactus, característica por su textura y huecos. También puertas y escaleras se construyen con esta madera.
La iglesia de San Pedro de Atacama, cuya arquitectura de adobe veíamos en el artículo Muros en Atacama, está junto a la Plaza, que se convierte en espacio de ceremonias muy vinculada a las tradicionales procesiones.
Restaurada en 2015 tras un incendio, ha cambiado su color blanco por uno más terroso, aunque el interior es encalado combinado con el azul del retablo.
En la restauración se han dejado a la vista vestigios del suelo cerámico antiguo.
La iglesia de Socaire, a más de 4000 m de altitud, camino de los lagos de altura, está en el extremo del camino. Muros de adobe y refuerzos con contrafuertes de piedra adosados por el exterior. La torre de piedra está separada del resto del edificio. Está muy restaurada, y en el interior la cubierta completamente reconstruida.
La torre de la iglesia de Toconao preside la plaza del caserío, entre jardines. La iglesia es de 1557, pero el campanario se construye hacia 1750.
En el sobrio interior destaca la estructura y el sencillo retablo.
La iglesia de Chiu Chiu es una de las más antiguas de Chile. Arquitectura de adobe, de muros muy gruesos y contrafuertes.
Las torres se colocan a los lados de la entrada a los pies de la nave principal, sobre la fachada, y dentro del recinto de la iglesia hay también un pequeño cementerio.
En el interior una doble altura para el coro, construido con una sencilla estructura de cactus, se dispone sobre la puerta de acceso.
Las imágenes del interior son de la época de la fundación en madera policromada, y se colocan en el sencillo retablo de obra del altar y en una capilla lateral.
Arquitectura de adobe con la expresividad que le confieren los materiales de la zona, la mixtificación entre arquitectura precolombina y renacimiento español.
Todas estas iglesias reúnen unas condiciones constructivas que las han mantenido en pie en una zona de mucha actividad sísmica gracias a sus proporciones y a la ductilidad de los materiales, principalmente barro con paja y madera atada, utilizados en su construcción.
Autora: Ana Fernández-Cuartero Paramio
Fuente: Arquitectura en Chile. Desde la prehispanidad al centenario. Patricio Gross. Ed.Sa Cabana. 2015. ISBN 978-956-9082-05-4