El Monasterio cisterciense fue fundado por el arzobispo de Toledo, Bernardo de Sandoval y Rojas, en 1517, en lo que había sido el barrio árabe de la ciudad. Aún en los huertos de la parte trasera del monasterio se conserva una antigua casa del barrio.
En pleno barroco, la orden del císter promueve una vuelta a la sencillez de las formas. El interior de la iglesia está escasamente decorado. Sin embargo la planta ovalada destaca como un recurso geométrico puramente barroco. El arquitecto, Juan Gómez de Mora, probablemente se inspiró en la iglesia de Sant´Anna dei Palafrenieri, de Vignola. A la planta ovalada se le adosan séis capillas laterales.
En el ábside la decoración se centra en el baldaquino, apoyado sobre columnas salomónicas y de madera policromada, y hoy completamente protegido para las obras.
En el año 2000 las últimas religiosas abandonaron el complejo. Ese mismo año se comenzaron las obras, con la restauración de las cubiertas, imprescindible para la protección de todo el edificio. El Plan Director para la rehabilitación del monasterio de San Bernardo se redactó en 2009, por los arquitectos José Luis González Sánchez y Gabriel Ruiz Cabrero.
La obra se desglosa en diferentes fases de las que se han terminado las de la casa de la demandadera y el claustro menor. En un convento femenino de clausura la demandadera era la comunicación entre la comunidad religiosa y el exterior. Por esta razón el espacio que ocupa esta parte del complejo monástico es de transición entre el interior privado y la zona pública. Actualmente es un espacio de exposición abierto al público.
La iglesia ocupa la fase actual de las obras. Se incendió en 1939, terminada la guerra civil, y se vino abajo la cúpula. La reconstrucción, de los años 50 del siglo XX no respetó el modo de construcción inicial. Se utilizó una estructura metálica para rehacer el chapitel en sustitución de la estructura de madera original.
Actualmente, la iglesia está muy afectada por humedades, tanto por filtración como por capilaridad. El proyecto de rehabilitación del Monasterio de San Bernardo incluye la restauración de cubiertas, solados, bóvedas, fachadas, ventanas y rejas. Además, se repondrán forjados de madera dañados y se realizará la adecuación litúrgica del presbiterio.
Las bases de los muros está picadas para eliminar intervenciones anteriores, sanear y procurar cortes de capilaridad a la fábrica. Como consecuencia, se puede ver la fábrica de ladrillo, material primordial en esta época de construcción en Alcalá. Finalmente, este ladrillo quedará oculto tras revocos y pinturas. En el suelo de una de las capillas se está recuperando una pequeña cripta, que había permanecido escondida. Es una de las sorpresas de la rehabilitación, el hallazgo y restitución de elementos desaparecidos bajo pavimentos y muros.
También la pintura que perfila los casetones de la cúpula está siendo analizada y repuesta. El producto utilizado en intervenciones anteriores ha virado de color y producido irisaciones que es necesario eliminar. La decoración, salvo estas líneas, se centra en los relieves de piedra. Éstos se colocan en los tímpanos de cada arco de paso a las capillas y son el escudo del arzobispo Sandoval y Rojas.
La fachada es de ladrillo, tipo telón, plana y decorada con el escudo del fundador y la imagen del santo. En las impostas se marcan las inscripciones, tal y como sucede en otros edificios religiosos de la ciudad. Sobre las cubiertas anidan varias parejas de cernícalos primilla, en período de cría. Debido a ello no se han comenzado las obras de restauración de la fachada.
La apertura al público de las obras de rehabilitación del Monasterio de San Bernardo es una iniciativa hacia la revalorización del patrimonio construido. Además, pone en conocimiento de todos cómo es una obra de estas características, cómo las intervenciones a veces dañan lo existente. Por ello es importante que los trabajos se realicen bajo la supervisión de personas preparadas. Técnicos con conocimiento de los usos constructivos y la capacidad de evaluar las actuaciones que se lleven a cabo.
Autora: Ana Fernández-Cuartero Paramio
Imagen aérea de la ciudad: Google Maps
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