El Cuartel del Príncipe, situado junto al rectorado de la Universidad de Alcalá ha sido rehabilitado y adaptado a biblioteca gracias a una intervención radical con el interior y conservadora con el volumen edificado y el estilo original de la fachada.
El edificio original fue construido en 1874 en el lugar que ocupaba el Monasterio de Santa María de Jesús o San Diego. Cedido a la Universidad de Alcalá en 2005, fue completamente demolido salvo la fachada. Quedaba pues un volumen vacío de unas dimensiones mucho mayores que el propio rectorado, y una parte de los cuarteles ha sido convertida en una biblioteca y centro de recursos para el aprendizaje y la investigación (CRAI). La rehabilitación ha sido realizada por los arquitectos Flavio Celis y Ernesto Echeverría.
La rehabilitación es en esencia la construcción de una estructura de hormigón armado dentro de los muros de ladrillo perimetrales, en la que es necesario conservar la altura de los forjados y las ventanas. La última planta se resuelve con pilares metálicos.
Esta estructura se organiza sobre los muros originales o paralela a los mismos, en parte para respetar los restos arqueológicos del convento encontrados en el lado norte, pero sin apoyar sobre ellos.
El cuerpo principal a la plaza se distribuye en dos crujías, una mayor junto a la fachada principal, y una más estrecha en el interior y hacia el patio.
Una línea de pilares paralela a la fachada principal y otra junto a la del patio resuelven los apoyos verticales. La crujía grande, que mira a la plaza, alberga los espacios de estudio y exposición de libros y en la interior se disponen las comunicaciones, una escalera lineal de distribución y dependencias anejas.
La propia estructura configura los espacios. Sobre ella las instalaciones vistas, y los acabados estrictamente necesarios para el uso. La cimentación original queda al descubierto en algunas zonas, a modo de banco accesorio.
Cada planta utiliza las ventanas originales para dar luz natural al interior y aperturas contrapeadas en los forjados comunican visualmente unas plantas con otras.
La rehabilitación de la fachada ha buscado restituirla al máximo a su estado original, y solo la partición de las ventanas señala la intervención.
Hacia el patio principal se ha construido una escalera de incendios adosada.
Al cuerpo principal sobre la Plaza se adosan otros perpendiculares secundarios para salas de trabajo e instalaciones, así como una prolongación, con alturas independientes y salas de lectura.
La cubierta se resuelve con una estructura de cerchas de madera y acero, con paneles de viruta reciclada.
Además de la vista de la fachada de Universidad de Gil de Hontañón por las ventanas que vuelcan a la plaza, se ha creado un mirador en la esquina suroeste, desde el que se aprecia la universidad y el perfil de la ciudad.
Esta rehabilitación es la primera de las que llevarán al resto de los cuarteles a formar parte de la Universidad, ya que está prevista la construcción de otras dependencias, incluso viviendas para estudiantes.