La Ruta del Modernismo Europeo pasa por Ferrol. De la mano del arquitecto Rodolfo Ucha recorremos algunas obras que el modernismo en Ferrol nos ha dejado.
Felipe V ordena la instalación de los astilleros del norte de España en Ferrol en 1726. Bajo el reinado de Carlos III se construye el barrio de la Magdalena, con trazado reticular a semejanza de los asentamientos militares.
En paralelo se van construyendo los astilleros y las viviendas. En las fachadas se comienza a repetir la tipología de balconada y galería de madera.
Este esquema consiste en una fachada plana y simétrica. En la planta primera se dispone un hueco central con balcón y dos galerías en los costados. La fachada de las plantas superiores es una galería continua, de madera blanca y vidrio, muy extendida en toda Galicia.
Sobre este esquema sólo los remates de madera, la reja de la barandilla y el color del paramento diferencian cada edificio del contiguo.
Como veíamos en Cartagena, desde las dos últimas décadas del XIX, el Art Nouveau triunfa en Europa.
Pero el modernismo en Ferrol se instala, de forma algo tardía, a principios del siglo XX. Rodolfo Ucha Piñeiro había finalizado la carrera en Madrid en 1906.
Será arquitecto municipal entre los años 1908 y 1936, y después seguirá ejerciendo en la ciudad hasta los años 70.
El estilo de Ucha está más relacionado con el Art Nouveau de Bélgica, caracterizado por el tratamiento de la madera y la forja de los balcones.
Ucha interpreta el modernismo en Ferrol a través de la actualización de la tipología local al lenguaje de este estilo. La aplicación de la decoración modernista es muy conjugable con las galerías y balcones de la fachada ferrolana.
Con ello rescata la artesanía y la decoración de la amenaza de la industrialización, y es el contrapunto de la parte fabril del astillero.
El modernismo se presenta más decorativo y sinuoso en la arquitectura privada.
En los edificios públicos, Ucha utiliza un lenguaje más academicista y menos recargado.
Autora: Ana Fernández-Cuartero Paramio